Oasis, amor y desierto; dos mundos que se unen gracias a ellos
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Pauli ♪
sábado, 23 de octubre de 2010
De camino se dirigía aquella mujer llamada Paulina, no tenía un destino definido, simplemente ella viajaba donde el viento la llevara. Pronto el bus donde se encontraba se detuvo en medio del camino, ella bajó y se encontró con un lindo y pequeño pueblo a unos metros del desierto; decidió quedarse ahí, encontró un lugar donde poder alojar y decidió un paseo ir a dar.De tanto caminar llegó al desierto que cerca del pueblo se lograba divisar, quedó asombrada de la hermosura que guardaba aquel lugar, al caminar un par de metros más divisó un pequeño oasis, se acercó para verlo y para su sorpresa se encontró con el reflejo de un hombre alto de pelo negro, a lo lejos podía divisar que era extranjero, poco a poco comenzó a acercarse e iba viendo como aquel hombre también se iba acercando a ella, era algo que jamás había sentido una necesidad de acercarse cada vez más, una vez frente a frente pudo distinguir claramente que se trataba de un hombre asiático y lo único que logró mover fue su mano en forma de saludo a lo que el joven respondió de la misma forma y agregando una pequeña inclinación, típica de países Asiáticos, luego de unos segundos mirándose y en un español un poco difícil de entender, él le pregunto su nombre a lo que ella le respondió y decidió preguntarle de qué nacionalidad era y cuál era su nombre a esto el joven respondió que era de Corea del Sur y que se llamaba Sung Min woo, conversaron toda la tarde caminando por el desierto y al anochecer quedaron en juntarse nuevamente en el mismo lugar al día siguiente. Así pasaron varios días entre conversas interesantes, Paulina estudiaba coreano, por lo que se le hacía bastante fácil hablar con él; Un día él le dijo a ella que se acercaba el tiempo de volver a Corea y que lo debía hacer dentro de un mes pues su trabajo lo esperaba, con toda la emoción que había vivido junto a Min woo Paulina había olvidado por completo que debía volver a sus estudios y que le quedaba solo un mes de vacaciones.
Ese día sólo se dedicaron a caminar poco hablaron ya que ambos buscaban la forma de decirse algo pero no se atrevían, al despedirse y justo cuando Paulina se daba la vuelta para entrar Min woo la tomó del brazo en un movimiento estratégico dejándola frente a él, ella estaba frente a él mirándolo a los ojos y sin saber que hacer en ese momento fue cuando Min woo la abrazó y le dio un beso en los labios, luego del ese hermoso beso le dijo que no quería separarse nuca más de ella y que estaba dispuesto a dejarlo todo por ella.
Pasó un tiempo, Paulina pidió un intercambio en la universidad y se fue a Corea con Min woo, ya que era mucho más fácil que hacerlo a él renunciar a su trabajo. Ya llevaban un año juntos en un mes más se iban a casar, los veranos los solían pasar en chile y aprovecharían el verano para casarse en Chile ya que en Corea se casarían antes de que Paulina terminara sus estudios.
Era el atardecer en Corea y la feliz pareja caminaba por las calles de vuelta a casa hablando sobre los últimos detalles de la boda, su casamiento en Corea ya estaba realmente listo. Min woo le tenía una gran sorpresa a Paulina, la segunda boda se realizaría en aquel lugar donde se vieron por primera vez, su casamiento en Chile sería en aquel desierto que los hizo encontrar el amor que los tenía felices; Esto realmente emocionó a Paulina la cual le dio un gran beso y le dio las gracias por hacerla tan feliz, luego de esto la feliz pareja continuó su camino felizmente hablando de los detalles del paso más importante de sus vidas, el cual le daría un hermoso final feliz a su amor de verano y un nuevo comienzo a su historia de amor como una pareja casada para siempre.
One week and goodbye forever
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Pauli ♪
domingo, 3 de octubre de 2010
En aquello pensaba aquella flor, luego de una semana cortaría por completo el amor, mientras pensaba en que en aquel tiempo ligero lo tomo pero que hoy se daba cuenta de aquel error, el miedo la paró y en él se confió, pero ella no se imaginó que aquel miedo también a el lo paralizó.
Por primera vez había sentido aquella sensación y quizas eso era lo que tan profundo quedó, pero hoy era tiempo de decir adiós, después de todo él poco a poco la desilucionó, ingenuo sentía su corazón, pues después de todo no se había acabado el amor y le dolia saber que había llegado la hora del adiós, nada podía ella hacer, pues aquel en los brazos de otra reemplazaba su querer y contra eso ella nada podia ya hacer.
La princesa por el jardín caminaba
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Pauli ♪
viernes, 1 de octubre de 2010
En su cuarto se encontraba la princesa, pensando y pensando, en aquel episodio que había acabado de vivir. No sabía qué era lo mejor para estos momentos, aquel plebeyo pensaba que olvidado estaba, pues él una familia conformaba y la princesa en aquella familia no se encontraba. Pero bastó aquella noticia, solo dos palabras para que ella volviera a sentir lo que aquel muchacho alguna vez la hizo sentir... Encantada con otro ella creia que estaba; Aquel plebeyo soltero ahora estaba y la princesa, aunque no quisiera, en aquello pensaba. El baile se aproximaba, posteriormente al extrangero ella viajaba, tonta se sentia al pensar que a aquel plebeyo extrañaría aunque el nada por ella al parecer sentia. Los arreglos del baile se preparaban y para sorpresa de la princesa aquel plebeyo en el coro se encontraba, Sus miradas se cruzaban y esto a la princesa la atormentaba. pues su corazón dudaba. Al terminar los preparativos, la princesa por el jardín caminaba y lo unico que esperaba era ver a su plebeyo aparecer y abrazarla, pero sabía que eso era solo una fantasia, pues su plebeyo nunca volvería. No lo culpaba, pues la culpa de la ruptura en los dos se fijaba. El día del baile llegaba y la pincesa lo esperaba, pues a su plebeyo ver deseaba, mantenía aquella pequeña ilusión de que al saber que se marchaba, el plebeyo la enfrentara, ilusionada esperaba pero lo mas insolito veia que pasaba, el plebeyo se escapaba y en los brazos de la otra muchacha La princesa guardó sus esperanzas y las lágrimas se tragaba, así el baile terminó y la princesa al otro aceptó y con aquella gran desilución en los brazos de aquel otro al extrangero se marchó.
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