
Los llamares ~
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Pauli ♪
miércoles, 13 de enero de 2010

~ La frontera del arte
Publicado por
Pauli ♪
lunes, 4 de enero de 2010

Los sueños de Helena.
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Pauli ♪

"Aquella noche hacían cola los sueños, queriendo ser soñados, pero Helena no podía soñarlos a todos, no había manera. Uno de los sueños, desconocido, se recomendaba:
- Suéñeme, que le conviene. Suéñeme, que le va a gustar.
Hacían la cola unos cuantos sueños nuevos, jamás soñados, pero Helena reconocía el sueño bobo, que siempre volvía, ese pesado, y a otros sueños cómicos o sombríos que eran viejos conocidos de sus noches de mucho volar."
{El libro de los abrazos, Eduardo Galean}
Hacían la cola unos cuantos sueños nuevos, jamás soñados, pero Helena reconocía el sueño bobo, que siempre volvía, ese pesado, y a otros sueños cómicos o sombríos que eran viejos conocidos de sus noches de mucho volar."
{El libro de los abrazos, Eduardo Galean}
Los tres dones ~
Publicado por
Pauli ♪
viernes, 1 de enero de 2010

Pero había un hombre excesivamente pobre, que estaba amargado contra el príncipe y no paraba de utilizar una lengua pestilente para denigrarlo. El príncipe lo sabía, pero era paciente. Finalmente, empero, lo reconcideró, y una noche de invierno llegó a la puerta del hombre un servidor del príncipe, llevando un saco de harina de trigo, un paquete de jabón y un poco de azúcar.
-El príncipe te envía estos presentes como recuerdo- explicó el sirviente.
El hombre regocijó, pues pensó que los regalos eran un homenaje del príncipe. Y en su orgullo fue en busca del obispo y le contó lo que había hecho el principe, diciendo:
-¿No véis como el príncipe desea mi amistad?-
Pero el obispo respondió:
-¡Oh, que sabio es el príncipe, y qué poco lo que tú comprendes! El habla con simbolos. La harina es para tu estómago vacío; el Jabón, para tu sucio pellejo, y el azúcar para endulzar tu lengua amarga.
A partir de ese día, el hombre se avergonzó incluso de sí mismo. Su odio hacia el príncipe se hizo mayor que nunca y odió más aún al obispo que le había revelado al principe.
Pero, de ahí en adelante, permaneció en silencio."
El País de las flores - El libro de los abrazos; Eduardo Galeano
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Pauli ♪

De las galeras de los mangos brotaban lechugas cantoras y ajíes luminosos, y por todas partes había gente ofreciendo sueños de canjes. Había quien quería cambiar un sueño de viajes por un sueño de amores, y había quien ofrecía un sueño para reír en trueque por un sueño para llorar un llanto bien gustoso.
Un señor andaba por ahí buscando los pedacitos de un sueño, desbaratado por la culpa de alguien que se lo había llevado por delante: el señor iba recogiendo los pedacitos y los pegaba y con ellos hacía un estandarte de colores.
El aguatero de los sueños llevaba agua a quienes sentían sed mientras dormían. Llevaban el agua a la espalda, en una vasija, y la brindaba en las altas copas.
Sobre una torre había una mujer, de túnica blanca, peinándose la cabellera, que le llegaba a los pies. El peine desprendia sueños, con todos sus personajes: los sueños salían del pelo y se iban al aire."
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