La historia comienza como todas,
una princesa que en su mundo habitaba, a su principe azul esperaba.
Muchos la quisieron conquistar, pero nadie la lograba enamorar,
pues la princesa solía exigir y con sus amigas preferia salir.
Entre sus salidas al pueblo de una fiesta se enteró,
y sin dudarlo la princesa asistió;
Sin imaginar que en ese lugar
cupido la iba a visitar.
Parece que alfin la habían conquistado,
pero el amor era complicado.
Un plebeyo era su enamorado
y su amor podía ser enjuiciado.
La princesa se reveló
y ante su padre, el rey, se enfrentó.
El amor del plebeyo la pincesa aceptó
y el plebeyo a la princesa protegió.
Sin decir nada de sus sentimientos
amigos comenzaron siendo,
y a pesar de ocultarlo
sabian lo que estaban sintiendo.
La primavera comenzaba y el plebeyo a la princesa esperaba,
cuando ella llegó, en la plaza principal él se le declaró;
La princesa sorprendida quedó
y sin dudarlo al plebeyo aceptó.
El plebeyo desapareció,
la princesa conoció la descilusión
y en su castillo nuevamente se encerró,
ni a sus amigas habló.
Su dolor ocultó y una sonrisa sacó
y lo del plebeyo jamás contó.
una princesa que en su mundo habitaba, a su principe azul esperaba.
Muchos la quisieron conquistar, pero nadie la lograba enamorar,
pues la princesa solía exigir y con sus amigas preferia salir.
Entre sus salidas al pueblo de una fiesta se enteró,
y sin dudarlo la princesa asistió;
Sin imaginar que en ese lugar
cupido la iba a visitar.
Parece que alfin la habían conquistado,
pero el amor era complicado.
Un plebeyo era su enamorado
y su amor podía ser enjuiciado.
La princesa se reveló
y ante su padre, el rey, se enfrentó.
El amor del plebeyo la pincesa aceptó
y el plebeyo a la princesa protegió.
Sin decir nada de sus sentimientos
amigos comenzaron siendo,
y a pesar de ocultarlo
sabian lo que estaban sintiendo.
La primavera comenzaba y el plebeyo a la princesa esperaba,
cuando ella llegó, en la plaza principal él se le declaró;
La princesa sorprendida quedó
y sin dudarlo al plebeyo aceptó.
El plebeyo desapareció,
la princesa conoció la descilusión
y en su castillo nuevamente se encerró,
ni a sus amigas habló.
Su dolor ocultó y una sonrisa sacó
y lo del plebeyo jamás contó.