Correr, correr, correr tanto que puedes llegar a caer
llegando a un punto en que te ves atrapado
un circulo, un correr sin salida, no lo puedes creer
tanto has corrido que el corazón ya está acelerado.
Abrir los ojos, mirar el cielo y viajar en el tiempo
escapar del caos inescapable, sin salida
y donde corras lo sientes en tu cuerpo.
El momento de paz, donde todo se calma logra llegar,
logras respirar y vuelves a sonreír...
y si supieras que esa sensación a la eternidad lograra durar
no quisieras despertar de ese buen dormir.
Así como la cerámica necesita del calor y preparaciones duras
para lograr estar sólida y no romperse fácilmente,
la vida es un horno y te dañas fácilmente si en él no entras.
Cada paso al correr es un grado de calor,en aquel horno,
cada dolor, cada cicatriz es una chispa de fuego que te fortalece,
cada deseo, cada sueño te lleva a un momento de paz
cada paso al correr te lleva a ser tú.