"Cuando se siente el auténtico amor" - Ema Godoy

martes, 30 de junio de 2009

El amor sólo se da en hombres y mujeres mentalmente maduros.
Es un temple de ánimo que requiere una personalidad muy sólida,

muy consciente, muy responsable.

Así que ni aún muchas personas mayores suelen experimentarlo,

pues no basta tener edad cronológica suficiente, hay que tener edad
mental completa.

No te fíes por lo tanto de un sentimiento que parece amor, pero que
tan solo es su caricatura, y que se te marchitará cualquier día de éstos.
En la adolescencia todos hemos creído estar enamorados, pero han

sido sólo espejismos.

Para saber amar es necesario que aprendas a hacerlo tú mismo, es
tu interior, en
tus sentimientos. Imagina siempre que llevas el amor

como un perfume para la persona que será tuya, para la persona que

esperas ...
No frustres tu anhelo de amor con amoríos. Nada tan enemigo del

amor como los "amores". El corazón se malgasta, se desperdicia, se
pudre. No eches a perder tu corazón si es que quieres llegar a ser

feliz algún día por amor.

Hazlo madurar en tu interior, esperando sólo a una persona. Reflexiona,
se responsable, razona y siente; siente la verdadera escencia de
lo que es, para que mañana sea y puedas vivir el sigficado de ese
sentimiento maravilloso.

Porqué? - II ost sad sonata

domingo, 21 de junio de 2009

Shimnyeoni Jinado (Aunque 10 años pasen) ~ Sad sonata ost

jueves, 18 de junio de 2009

La lluvia - Jorge Luis Borges

domingo, 14 de junio de 2009
"Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.

Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.

Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto

Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto."






Here - Park Jung Min

miércoles, 10 de junio de 2009

Si no te conociera - Pocahontas

domingo, 7 de junio de 2009

Requiem de la mariposa - Gonzalo Rojas

viernes, 5 de junio de 2009

"Sucio fue el día de la mariposa muerta.
acerquémonos
a besar la hermosura reventada y sagrada de sus pétalos
que iban volando libres, y esto es decirlo todo, cuando
sopió la arruga, y nada
sino ese precipicio que de golpe,
y únicamente nada.

Guárdela el pavimento solobre si la puede
guardar, entre el aceite y el aullido
de la rueda mortal.
O esto es un juego
que se parece a otro cuando nos echan tierra.
Porque también la Arruga...

O no la guarde nadie. O no nos guarde
larva, y salgamos dónde por último del miedo:
a ver qué pasa, hermosa.
Tú que aún duermes ahí
en tu lujo de tanta belleza, dinos cómo
o, por lo menos, cuándo."


Auschwitz - Alexander solyenitzin

jueves, 4 de junio de 2009


"El anciano comenzó a descender calmoso la escalera que conducia a la estación del tres subterráneo. No tenía ninguna prisa, nadie lo esperaba. El matrimonio sin descendencia se había esfumado por completo con la muerte de su esposa algunos años atrás. Este recuerdo no lo entristecía ya; nada lograba sacarlo de su mutismo desde algún tiempo. Una vez al mes se animaba, más por obligación que por entuciasmo, a cobrar el cheque de jubilación que le permitía prolongar su vida reposada. No pasaba estrecheces económicas, al menos. Era, tal vez, un monótono privilegilegiado.
Estaba pasado el mediodía y un calorcillo punzante se agitaba gozoso en la atmósfera, pregonando el verano inminente. El anciano, sin embargo, portaba un grueso abrigo invernal; a su edad este cambio de clima era todavía una sutileza incapaz de modificar su indumentaia.

Terminó el descenso y se dirigió a la boletería que era atendida por una mujer rubia, madura y de expresión muy rígida. Demoró mucho en reunir las monedas para cancelar el boleto y la cajera lo observaba molesta. Por fin junt
ó el dinero y recibió el boleto azul a cambio. Sintió, al alejarse, la mirada fría de la mujer en su espalda, pero no se atrevió a voltear el rostro.
Una vez en el andén sintió fatiga, era la larga caminata, y se acomodo en una silla acrílica desde donde pudo dominar toda la estación. Enfrente suyo había un grupo de muchachitas que no hacían más que reír y hacerse cosquillas unas a otras. Cerca de él, de pie, un individuo alto, corpulento, con un bigotillo muy bien cuidado, contemplaba a las jóvenes sin perder detalle de sus movimientos; unas veces sus faldas descubrían sus piernas suaves y torneadas, otras sus senos de turgentes pezones se adivinaban entre los escotes audaces. Este hombre -pensó- tendrá unos cuarenta años.

Al otro lado de la vía, era curioso, no había nadie. El anciano abandonó sus observaciones al percibir un estremecimiento en el piso. No, no era un temblor, ya lo sabía, era el ferrocarril que se aproximaba. Se incorporó al tiempo que hacía su entrada el metro. Se abrieron los vagones reluciente
s y los nuevos pasajeros ingresaron. Las muchachas y el cuarentón subieron delante del viejo. El vagón estaba casi desocupado y no tuvo problema para encontrar asiento. El cuarentón se ubicó frente a las muchachas; era evidente su exitación. Una mujer gorda llena de paquetes se quejaba del calor y de la carestía, mientras devoraba un chocolate enorme. Más al fondo, un quinceañero se ruborizaba con las miradas provocativas y las carcajadas eróticas que le dirigían las jovencitas. El cuarentón se retorcía, envidiando al mocoso.
Las estaciones comenzaron a sucederse vertiginosamente. Una de las muchachas se acercó al jóven sólo con el pretexto de pedirle fósforos. El anciano pensó en reclamar si es que fumaban, mal que mal estaba estrictamente prohibido, pero su inercia lo traicionó. El muchacho tenía fosforos y prendieron los cigarrillos. La señora gorda masculló algo que no se entendió a causa del chocolate que hinchaba sus mejillas. Los muchachos conversaron, luego empezaron a juguetear, tactándose los cuerpos uno al otro. Las muchachas se erotizaban y miraban al cuarentón. Acrecentaron sus juegos nerviosos. Al fondo la pareja se besaba, tendida en el asiento. La mujer arrojó una mirada horrible al anciano, como insinuándose.Las muchachas rodeaban al cuarentón complacido. El anciano sentía náuseas por los guiños de la gorda. Los muchachos se desnudaban. De pronto el anciano pensó que todo era tan extraño. Una voz ordenó bajarse a todos los pasajeros a través de lso parlantes. El tren se detuvo, pero las puertas se mantuvieron cerradas. Afuera había una espesa neblina. Transcurrieron algunos segundos. Estaban todos de pie, menos el anciano. Estaban frente a las puertas que no se abrían. Cuando empezó a salir el gas por los conductos hábilmente disimulados, todos gritaban y golpeaban las puertas de vidrio y trataban de separar las gomas que las hermetizaban.
Desde afuera era posible ver cómo la gorda vomitaba el chocolate sin dejar de chillar y estrellarse contra los vidrios. Los puños del cuarenton estaban destrozados y la sangre corria por los vidrios. Las muchachas aullaban histéricas junto al quinceañero. Sólo el anciano se mantenía en el asiento, aspirando en grandes bocanadas el gas que le robaba la vida.


"
...El texto está basado en los campos de concentración de Auschwitz de Alemania...~

Something Happened to my Heart - Boys Before Flowers

martes, 2 de junio de 2009
 
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