"Sucio fue el día de la mariposa muerta.
acerquémonos
a besar la hermosura reventada y sagrada de sus pétalos
que iban volando libres, y esto es decirlo todo, cuando
sopió la arruga, y nada
sino ese precipicio que de golpe,
y únicamente nada.
Guárdela el pavimento solobre si la puede
guardar, entre el aceite y el aullido
de la rueda mortal.
O esto es un juego
que se parece a otro cuando nos echan tierra.
Porque también la Arruga...
O no la guarde nadie. O no nos guarde
larva, y salgamos dónde por último del miedo:
a ver qué pasa, hermosa.
Tú que aún duermes ahí
en tu lujo de tanta belleza, dinos cómo
o, por lo menos, cuándo."